Palacio Marqués de Campo. Valencia
PREMIO. OBRA CONSTRUIDA
M. Portaceli Roig, J. J. Estellés Ceba

 

SITUACIÓN: Plaza del Arzobispo – Valencia
ARQUITECTOS: M. Portaceli Roig y J. J. Estellés Ceba
APAREJADOR: Alfredo Paredes
PROMOTOR: Ayuntamiento de Valencia
CONSTRUCTOR: C.L.E.O.P. y Comylsa

CRITERIOS Y OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN

Los criterios básicos de la intervención se ciñen a una lectura escrupulosa del monumento, como hecho físico, tal como nos ha sido legado, que junto a los datos históricos conocidos, establezca las pautas a seguir.

En el tema que nos ocupa, la intervención del siglo XIX, del Maestro Ferrando, nos ofrece la estructura formal del Palacio tal como hoy la conocemos y su consecuencia principal, la configuración del patio en el que tres lados, se rigen por una composición tripartita, acusando el cuarto una ordenación dual. Alrededor de éste se producen los espacios básicos e indispensables que definen el edificio. Poner de manifiesto tal estructura constituye el objetivo fundamental de la restauración.

Propiciar la lectura del núcleo del edificio, lleva como consecuencia la clarificación de las fachadas laterales (Calles de La Harina y Vergara), además de posibilitar la apreciación de la articulación de espacios y volúmenes del interior, no solo en planta noble, donde se conserva el gusto de la época, sino también en planta baja y áticos totalmente alterados en el momento de realizar el proyecto.

EL PATIO Y LAS FACHADAS

Un orden de pilastras y tres arcos de medio punto, establecen la base de los tres lados originales del patio, conformando a mediados del siglo pasado, que se cierra mediante un cuerpo levantado sobre dos arcos carpaneles, en el cuarto lado. Sobre aquellos, un orden gigante de pilastras recoge la planta noble y el ático. Un antepecho de cerrajería recorre la cornisa del orden inferior unificando el conjunto, y sobre él se apoya el mirador, que subraya, en el cuarto lado la intervención del s. XIX. Se configura así la típica ordenación tripartita, que se hace legible haciendo visibles las pilastras y mostrando lo que la limpieza de los parámetros ha descubierto: las cornisas, impostas y capiteles cerámicos que quedan vistos para enriquecer con su textura la ordenación del conjunto. 

La estructura tripartita, base, planta noble y ático, mostrada en el patio, deberá informar también el exterior, La fachada principal ha quedado evidenciada en el proyecto del Maestro Ferrando.

En las fachadas de la calle de La Harina y Vergara, se elimina la fenestración adventicia que se ha ido añadiendo impidiendo la lectura tripartita de las mismas, tratándose, restaurada la cornisa, carpintería y cerrajería, con un enlucido de ocre natural.

EL ESPACIO INTERIOR

La planta baja, claramente definida por el orden citado había sido gravemente alterada con altillos a la altura de los capiteles de las pilastras; su demolición lleva a una recuperación de su escala y dimensiones y da lugar a una secuencia de espacios de gran potencia, que por su posible independencia funcional, da lugar a una importante sala de exposiciones que al final de su recorrido enlaza con el imponente espacio cupulado de la escalera de acceso a la planta noble y por tanto al resto del museo.

A través de la escalera principal, con peldañeado restaurado, de madera de caoba, se accede a la planta noble.

Esta planta es la única que conserva volúmenes, espacios, escayolas, y demás elementos característicos del gusto del siglo pasado.

Mostrar la secuencia ecléctica de los distintos salones,  su calidad espacial y ornamental es el criterio básico de la restauración. Pavimentos, escayolas, carpinterías que han llegado hasta nuestros días deben mostrar todos sus caracteres.

El tratamiento a base de color potencia el espacio y la calidad de los oficios que lo configuran y subraya su secuencialidad así como la variedad de carácter definida en cada espacio, variedad apoyada en la diversidad de los pavimentos originales recuperados.

Junto a ello los Salones de Baile e Isabelino disponían de unos techos decorados por lienzos inexistentes en el momento de la intervención que hay que completar para devolverles su carácter. Una pintura actual, como actual fue la intervención del Maestro Ferrando en 1857, que potencie con la valoración del color la textura y la veladura, la minuciosidad y valores formales del salón donde se ubican, es la plateada para cerrar la restauración de esta noble planta. Jordi Teixidor es el autor de dichas pinturas.

En las plantas ático, fraccionadas por pequeñas viviendas, una vez eliminadas éstas, se procede a estructurarlas en busca de un recorrido apto para exposición que aproveche y potencie su variedad altimétrica, desarrollando los diferentes niveles, bajo la amplia cubierta de madera restaurada del palacio.